abril 06, 2011

Conclusión

Estados Unidos se ha valido principalmente de los medios de comunicación para invadir la cultura mexicana e imponer gran parte de sus usos y costumbres, circunstancia de la cual podemos percatarnos al observar el interior de nuestra sociedad: sucursales de McDonald’s, música en ingles, libros de autores estadounidenses, revistas en relación con celebridades de Hollywood, en la televisión series norteamericanas y comerciales informativos de productos de diferente índole, mediante los cuales, se busca inducir a las personas al consumo masivo.
Retomando ideas de Samuel Huntington, es un hecho que nuestro país no es moderno, es un país en vías de modernización, y una de las mejores formas de buscar esa modernidad es una cierta imitación de instituciones con las que cuenta un país moderno, en este caso Estados Unidos, pero este reflejo que anhelamos lograr tiene como consecuencia un olvido y en algunas ocasiones una perdida de lo propio para dar paso a lo extraño, que aparenta ser mejor.
La relación México-Estados Unidos no puede ser concebida desde una perspectiva totalmente negativa y de igual forma pensar que la situación cultura presente en el país es una catástrofe, pues de alguna forma la relación antes dicha ha sido en cierto grado importante para el desarrollo de México en lo que concierne a instituciones políticas, económicas e industriales, pero en lo referente a instituciones culturales hay un retroceso, originado por los medios de comunicación masivos y que la sociedad mexicana a través del consumo fomenta en mayor proporción.
México tiene un amplio potencial cultural, que se ha ido desarrollado con el transcurso del tiempo, y que en la actualidad no está perdido del todo, pero, como nos trataba de dar a entender Octavio Paz en su Laberinto de la Soledad, es preocupante la falta de sentido de singularidad del país, es decir que la desconfianza y la ignorancia en cuanto a la cultura propia permite que otras ajenas a la anterior penetren dentro de nuestro entorno, trayendo como consecuencia una nube que oscurece lo nuestro, haciéndonos creer que ya no existe, cuando realmente está esperando el momento en el que lo volvamos a retomar y a engrandecer. 

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